7 de febrero de 2014

¿Pueden mis morbos hacerme más creativo?

Me encanta usar remeras grises: melange, topo, cemento. Y ahí muere mi amor por los grises. En el resto de las cosas ¡rojo pasión! (salvo en las paredes, porque te altera).

Cómo dijo mi amigo íntimo Bob Fosse (Google ya si no lo conocés): "Live like you'll die tomorrow, work like you don't need the money, and dance like nobody's watching" (Viví como si fuera tu último día, trabajá como si no necesitaras el dinero y bailá como si nadie estuviera viendo). 

Sé que es difícil llegar a ese punto de estimulación constante (salvo que seas adicto a alguna sustancia psicoactiva) por eso lo más sano es ser sanamente morboso. "Fagetti, estás derrapando" pensarán los débiles de corazón. No mis estimados, yo categorizo a los morbos como algo que atrae hasta la histeria. Ilustro con un cuento. 

Una marca de calzado liquida los zapatos que prestaba para producción: 54 pares en total. Fui el primero en llegar al local. Cuando los vi todos juntos, en el suelo, formando una alfombra de tacos, empeines y capelladas, perdí la noción del tiempo y del espacio y tuve un trip overdose estilo Uma Thurman en Pulp Fiction (no pongo el clip porque sería apología a la droga y soy un niño bien). Fin del cuento: tuve que comprarlos todos. 

¡Con las cosas que te gustan es así man! (o woman) ¡Y ahí está el morbo y la pasión y la explosión de deseo y creatividad! Como cuando comés algo que te gusta tanto que en lugar de comerlo te lo frotarías por el cuerpo. (Listo, ahora si mordí banquina...) 

Con la producción que les muestro hoy nos dimos a la exploración de un microcosmos de perversión: la fantasía sado-masoquista. Uds saben: chas, chas, te portaste mal, Marta y todo eso. La referencia cinéfila obligada (parece que en todos mis posts va a haber una) es "La Secretaria", film que trata sobre la relación sádico-masoquista entre un abogado y su secretaria (no-les-cuento-más-véanla).



El audaz afiche.

La complaciente secretaria en plena faena.


El trailer, un poco edulcorado y bobo


Las fotos fueron tomadas por una fotógrafa excepcional, Candelaria Gil, que tiene mi más alta estima y me hace reír mucho. El estilismo fue un mix entre las prendas de una secretaria de los años 30’s y una Mistress/Dominatrix de un sórdido agujero de Berlín. La modelo, Andrea Abrego, quedó fantástica con su corte Bob charolado y su aire de meretriz burocrática.   
La nota salío publicada en Catalogue y ganó un Pulitzer. 

Atte. AF













Y como de pasión vivimos, les dejo una invitación a nuestro concurso que está para morirse...





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